Desequilibrio de un paisaje ficticio
“El peso de la inclinación se siente en todo el paisaje ruinoso. Todas las flechas, menos una, se escapan en la dirección contraria del florero; los muebles, firmes composiciones cubistas, rechazan con su existencia el atrevimiento del desplome; la baldosa es alienígena, las paredes irreales. Un solo elemento arrastra a todo el cuadro a un sitio peligroso y, encima, carga el descaro del agua y el vidrio. Vida y fragilidad inanimadas entre tanta madera muerta.
Ese estado ambivalente entre el movimiento y la quietud, la catástrofe y la conformidad, el presente y lo que será, anuncia una ruptura definitiva en el hielo de la composición. Un futuro que no hemos visto todavía, pero que se entrevé en el ángulo de la caída; una inclinación silenciosa y una promesa enorme. Es decir, lo nuevo.”
Por: Simón Murillo